Las Hazañas de un Joven Don Juan de Guillaume Apollinaire es una obra que destaca por la fusión entre el erotismo y la ironía, ofreciendo resultados sorprendentes. En esta historia, el autor, de manera maligna, lúbrica y casi demoniaca, juega con los instintos del lector, calentando su imaginación y haciéndole cuestionar si realmente se le ofrece erotismo o si es un juego de espejos deformantes que busca mostrar las perversiones más ocultas. La trama sigue a Roger, hijo de una familia de la alta burguesía francesa, quien se va de vacaciones a un castillo en el campo con su madre, tía y hermanas, involucrándose sexualmente con todas las mujeres de su familia y del servicio, explorando diversas prácticas sexuales de manera explícita y provocativa.
En Las Hazañas de un Joven Don Juan se encuentran elementos como sodomía, felaciones, homosexualidad femenina, estupro, incesto, lamidas de ano y excitación por olores de excrementos, creando un catálogo de depravaciones que parecen destinadas a ironizar sobre la literatura pornográfica y los vicios de la sociedad francesa. Apollinaire escribió esta obra entre 1910 y 1913, coincidiendo con la creación de su conocida obra «Las once mil vergas», caracterizada por su falta de seriedad y trascendencia, así como por sus valores satíricos y humorísticos.