El Triángulo Dramático de Karpman de Gill Edwards, publicado por Gaia, nos sumerge en una profunda reflexión sobre las dinámicas relacionales y los roles que desempeñamos en ellas. A través de la exploración de los roles del Perseguidor, Salvador y Víctima, el libro nos invita a examinar por qué algunas relaciones son armoniosas mientras que otras están llenas de conflictos.
Stephen Karpman fue el primero en exponer estos roles, los cuales tienen una naturaleza parental en el caso del Perseguidor y el Salvador, y filial en el caso de la Víctima. Gill Edwards amplía esta visión para ayudarnos a tomar conciencia de nosotros mismos y cultivar la valentía y honestidad necesarias para construir relaciones libres, cálidas y afectuosas.
En un triángulo dramático no hay espacio para la madurez emocional. En lugar de conexiones auténticas basadas en el amor incondicional y el respeto mutuo, los involucrados se sumergen en juegos psicológicos aprendidos en la niñez, de forma inconsciente.
Comprender la naturaleza del triángulo dramático y afrontarlo de manera adecuada es crucial para resolver conflictos y tensiones en nuestras relaciones. Al hacerlo, podemos encaminarnos hacia interacciones más maduras, sanas y sinceras.


